lunes, 15 de septiembre de 2008

Yoka Daishi


Shodoka
(
El canto del Inmediato Satori)

¿No ves a este hombre sereno caminando,

que está más allá del saber y no persigue nada?

No evita pensar vanamente, ni busca la verdad.

La verdadera naturaleza del no–saber es la naturaleza esencial misma.

El cuerpo aparente ilusorio vacío es el verdadero cuerpo de la Verdad.

Cuando el cuerpo de la verdad despierta de veras, no hay ni una sola cosa.

La fuente de nuestra naturaleza propia es la naturaleza esencial.

Las cinco skandas van y vienen

como pasan las nubes en el cielo vacío.

Codicia, odio y orgullo

aparecen como burbujas en la superficie del mar.

El buen discípulo sigue firmemente decidido.

Los otros saben mucho y dudan de mucho.

Aparta ya los velos sucios de los que te agarras.

¿Por qué estás orgulloso de tus buenas obras?

Desde que experimenté lo no-nacido

no me contentan ni entristecen

fama ni deshonor.

Andar es zen, estar sentado es zen.

Hablar o callar, movimiento o reposo.

El cuerpo siempre está en paz.

Incluso a la vista de la espada que nos ha de matar, el cuerpo sigue imperturbable.

Hasta si bebemos veneno, él sigue tranquilo.

He entrado en el espeso del monte, lleno de belleza y silencio.

En un valle recogido, entre altos peñascos

tranquilamente estoy sentado en mi cabaña bajo el viejo pino.

Lleno de paz estoy sentado en mi ermita y me encuentro bien.

La luna brilla sobre el río,

el viento sopla a través de los pinos.

Este silencio puro de esta noche ¿cuál es su origen?

La ética de la naturaleza esencial es como una piedra preciosa

prendida en el fondo de mi corazón,

y mi vestido es el rocío, la rana, la nube y la niebla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La ética de la naturaleza esencial es como una piedra preciosa prendida en el fondo de mi corazón, y mi vestido es el rocío, la rana, la nube y la niebla.

Quien se libera de la ilusión de "la otra cosa" ya puede vivir la única realidad.

Gracias por recordárnoslo