viernes, 12 de septiembre de 2008

Jalâl al-Din Rûmî

MATHNAWÎ

(Fragmentos)

Apresúrate, corazón, que Dios quiere brillar dentro de ti. Llenará tu alma hueca con un Alma divina hasta que Ésta se derrame.

Como celestial escriba, abrirá las páginas de tu corazón y te revelará inefables misterios que allí tienes escritos, sin que los hayas sabido leer hasta el presente.

*

Ha dicho Dios, según testimonio del Profeta:

         Yo no estoy encerrado en las alturas ni en las profundidades; yo no resido en la tierra, ni en los espacios, ni en el más alto Cielo.

Sábelo, Amado. Yo me alojo en el corazón del creyente. Y todas las veces que quieras buscarme a Mí, ya sabes dónde me puedes encontrar.

 *

Los cielos están colmados de Ti, y nuestros ojos son pequeños para contemplarte.

Aunque iluminado con tu Luz, más brillante que la del Sol, te ocultas a nosotros, pero iluminas y revelas nuestros más ocultos secretos.

Tú eres la fuente que nutre los ríos de nuestras vidas; Tú eres el agua que mueve la piedra de molino del Universo; Tú eres el viento y nosostros somos el polvo que aquél levanta.

Nadie ve el viento y nadie ve la primavera, pero todos nos percatamos respectivamente de su poder y de sus dones.

Nadie te puede contemplar, oh Dios,, pero cada objeto que se mueve testifica tu existencia.

Tú esres el Contento y nosotros somos la sonrisa tuya.

*

El Amor es la brújula que nos guía hacia los misterios divinos, pues el amor hacia tal o cual ser no hace sino preparar nuestro corazón para que se albergue en él el Rey del Amor.

Por más que hablemos del amor, cuando caemos en él, nos avergonzamos de las palabras con que lo describíamos.

La palabra manifiesta ciertamente las cosas, pero el Amor no logra jamás ser expresado.

 

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