domingo, 31 de agosto de 2008

Santa Sabiduría

La Sabiduría en la creación

Proverbios 8, 22-30


Yahveh me creó, primicia de su camino,

antes que sus obras más antiguas.


Desde la eternidad fui fundada,

desde el principio, antes que la tierra.


Cuando aún no existían los abismos fui engendrada,

cuando no había fuentes cargadas de agua.

Antes que los montes fueran asentados,

antes que las colinas, fui dada a luz.


Aún no había hecho la tierra ni los campos,

ni el polvo primordial del orbe.


Cuando asentó los cielos, allí estaba yo;

cuando trazó un círculo sobre la faz del abismo,

cuando el mar señaló su límite,

para que las aguas no rebasaran su mandato,

cuando afianzó los cimientos de la tierra,

junto a Él estaba yo, como artífice,

y era yo todos los días su delicia,

jugando en su presencia en todo tiempo.

Sophia visita a Boecio

Boecio

Consolación de la Filosofía

Fue como si apareciera a mi cabeza una mujer, de presencia respetable; sus ojos centelleaban, y su mirada me penetró más de lo que suele ocurrir con los hombres; el color de su cara brillaba lleno de vida, no marchitado en la fuerza de su juventud, aunque al mismo tiempo parecía avanzada en edad; no, era increíble que perteneciese a nuestro tiempo.
Tampoco se podía distinguir claramente su altura; pues tan pronto no era más alta de lo que suelen ser los hombres, como poco después parecía tocar el cielo con su coronilla. Y si hubiera alzado la cabeza más arriba, hubiera llegado a tocar el cielo, de manera que habría sido inútil mirarla.

sábado, 30 de agosto de 2008

La renuncia de los bienes mundanos.



Las Florecillas de San Francisco

Parte primera, cap. XXVII
(…) Fray Ricerio sirvió devota y fielmente a los frailes, dando grande ejemplo de humildad y santidad, por lo cual se granjeó la intimidad de San Francisco, quien le revelaba muchos secretos, siendo nombrado ministro de la Marca de Ancona, cargo que desempeñó mucho tiempo con grandísima paz y prudencia.
Pasado cierto tiempo, Dios permitió que fuese gravemente tentado en su alma. Atribulado y afligido, fray Ricerio se mortificaba de día y de noche con ayunos, disciplinas, lágrimas y oraciones, y como a pesar de tan rudas penitencias la tentación no desaparecía, algunas veces llegó a desesperarse creyéndose desamparado de Dios.
En esta desesperación se hallaba cuando como último remedio pensó ir a ver a san Francisco, pues consideraba que si el santo padre le mostraba buena cara y le trataba familiarmente, como solía, aún podía prometerse la misericordia de Dios, mas si sucedía lo contrario, señal sería de su completo desamparo.
Salió el fraile en busca de san Francisco que se hallaba en el palacio del obispo de Asís gravemente enfermo. Como Dios le revelara las disposiciones de fray Ricerio y su venida, llamó a fray León y a fray Maseo y les dijo:


-Salid al encuentro de mi hijo carísimo fray Ricerio, abrazadle y saludadle de mi parte y decidle que entre todos los frailes que hay en el mundo tengo por él singular predilección.


Así lo hicieron los mensajeros, que al encontrar en el camino a fray Ricerio le abrazaron y le dijeron lo que san Francisco les había ordenado, con lo cual sintió el caminante tan gran consolación y dulzura en el alma que casi perdió el sentido.
Dando gracias a Dios con todo su corazón, se dirigió al lugar donde san Francisco estaba enfermo. El santo, aunque estaba muy grave, cuando sintió llegar a fray Ricerio se levantó, salió a su encuentro, le abrazó tiernísimamente y le dijo:


-Hijo mío carísimo, fray Ricerio: Entre todos los frailes que hay en el mundo, te amo a ti con singular predilección.

viernes, 29 de agosto de 2008

Mandala Kalachakra




















...................Efímero...............

Ofrecimiento del Mandala

Aquí está la gran Tierra,

Llena de olor a incienso,

Cubierta con un manto de flores.

La Gran Montaña.

Los Cuatro Continentes

Adornados con la Joya

Del Sol y la Luna.

En mi mente los transformo

En un paraíso de Buda

Y te lo ofrezco todo a ti.

Por este acto

Pueda cada ser consciente

Experimentar el Mundo Puro.

Vajrayāna

Tubten Yese (Lama Yese)

INTRODUCCIÓN AL TANTRA


Podemos llegar erróneamente a la conclusión de que el origen de nuestra insatisfacción y frustración es una determinada idea filosófica que mantenemos. Y todo lo que tenemos que hacer para corregir esta situación, es adoptar una posición filosófica superior y más respetable.

Pero esta forma de abordar el problema nunca afectará a la raíz de nuestras dificultades.

Nuestro problema básico no es intelectual. Podemos empezar adoptando un determinado análisis sobre quién y qué somos y después cambiar de idea y adoptar la posición opuesta. Aunque ese cambio pueda ser satisfactorio intelectualmente, no soluciona el problema básico del ego.

En verdad , aunque nos sintamos orgullosos de nuestro nuevo nivel de entendimiento intelectual, todo lo que hemos hecho ha sido sustituir una serie de supersticiones por otras. En vez de debilitar el aferramiento del ego, únicamente le hemos dado otras cosas a las que agarrarse.

jueves, 28 de agosto de 2008

Homo religiosus

Mircea Eliade

LO SAGRADO Y LO PROFANO

Lo que se comprueba desde el momento mismo de colocarse en la perspectiva del hombre religioso es que el Mundo existe porque ha sido creado por los dioses, y que la propia existencia del mundo «quiere decir» alguna cosa; que el Mundo no es mudo ni opaco, que no es una cosa inerte, sin fin ni significación. Para el hombre religioso, el Cosmos «vive» y «habla». La propia vida del Cosmos es una prueba de su santidad, ya que ha sido creado por los dioses y los dioses se muestran a los hombres a través de la vida cósmica.

Por esta razón, a partir de un cierto estadio de cultura, el hombre se concibe como un microcosmos. Forma parte de la Creación de los dioses; dicho de otro modo: reencuentra en sí mismo la «santidad» que reconoce en el Cosmos. Dedúcese de ello que su vida se equipara a la vida cósmica: en cuanto que obra divina, pasa a ser la imagen ejemplar de la existencia humana.

(...) Decíamos que el hombre religioso vive en un mundo «abierto» y que, por otra parte, su existencia está «abierta» al Mundo. Esto equivale a decir que el hombre religioso es accesible a una serie infinita de experiencias que podrían llamarse «cósmicas». Tales experiencias son siempre religiosas, pues el Mundo es sagrado.