La única maldad del psiquismo humano consiste en no poder unir o reconciliar los distintos fragmentos de nuestra experiencia.
Cuando aceptamos todo lo que somos –incluida la maldad- hasta el mismo mal se transforma.
Cuando logramos armonizar las distintas energías de nuestro psiquismo, el rostro sangriento del mundo asume el semblante de la Divinidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario