EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO
Quienes hemos vivido en campos de concentración podemos recordar a aquéllos que caminaban entre los galpones, reconfortando a los demás y dando su último trozo de pan. Pueden haber sido pocos en número, pero ofrecieron prueba suficiente de que al hombre puede serle arrebatado todo excepto una cosa, la última de las libertades humanas: La de elegir su actitud ante una circunstancia dada, la de elegir su propio camino.
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