ENCUENTRO CON JESÚS
2. Dios te ama
Al visitar a una familia me pidieron bendijera un bebé de pocos días. Comencé dando gracias a Dios, y de pronto me quedé cortado no sabiendo si decir «por este niño» o «por esta niña». Su mamá intervino: «Gracias, Señor, por este trocito de cielo, que Tú me has regalado».
Dios te quiere tanto porque te mira con ojos de madre. No se fija en tu pequeñez, en tus defectos y fallos; sólo ve en ti un trozo de cielo; un reflejo de su propia luz, belleza y bondad. Por eso te asegura Dios: «¿Acaso olvida una madre a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque éstas llagasen a olvidar, yo no te olvido. Míralo, en las palmas de mis manos te tengo tatuada» (Is 49,15s). «Con amor eterno te he amado; por eso he reservado Gracia para ti» (Jer 31,3)
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