domingo, 19 de octubre de 2008

Tony Parsons

LO QUE ES: El secreto abierto a una vida despertada.

3. El no logro.

Para mí, la primera comprehensión de la iluminación, o de la naturaleza de quién soy yo realmente, no es algo que puede ser expresado. Lo que aconteció ni siquiera puede llamarse una experiencia, porque el experimentador separado necesita estar ausente para que ello emerja.

Sin embargo, lo que acompañó a ese acontecimiento fue una comprehensión de una magnitud tan simple y de un contenido tan revolucionario que me dejó sobrecogido y completamente solo.

Una de las cosas que llegué a ver es que la iluminación sólo deviene disponible cuando se ha aceptado que no puede ser lograda.

Las doctrinas, los procesos, y las vías progresivas que buscan la iluminación, sólo exacerban el problema de aquellos a quienes se dirigen reforzando la idea de que el sí mismo puede encontrar algo que supone que ha perdido. Es ese esfuerzo mismo, ese cerco a la autoidentidad, el que recrea continuamente la ilusión de la separación de la unidad. Éste es el velo que creemos que existe. Es el sueño de la individualidad. (…)

Ninguna suma de esfuerzo persuadirá nunca a la unidad de que aparezca. Todo lo que se necesita es un salto en la percepción, una visión diferente, ya inherente pero no reconocida.

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