jueves, 4 de diciembre de 2008

RELATOS DE UN PEREGRINO RUSO (Anónimo)



















(...)Represéntate así tu corazón, vuelve tus ojos como si lo miraras a través de tu pecho y escucha con tus oídos cómo trabaja, latiendo rítmicamente. Cuando te hayas acostumbrado a esto, esfuérzate por ajustar a cada latido de tu corazón sin perderlo de vista, las palabras de la oración. Es decir, al primer latido di o piensa Señor; al segundo, Jesú…; al tercero, cristo; al cuarto, tened piedad; al quinto, de mí; y repite con frecuencia este ejercicio. Esto te será fácil porque ya estás preparado para la oración del corazón. Después, cuando ya estés habituado a esta actividad, comienza a introducir en tu corazón la oración de Jesús y a hacerla salir al mismo tiempo que la respiración; es decir, al inspirar el aire di o piensa: Señor Jesucristo, y al espirarlo: Tened piedad de mí. Si lo haces así a menudo y durante mucho tiempo, pronto notarás un ligero dolor en el corazón, y luego se producirá en él un calor vivificante. Con la ayuda de Dios, llegarás así a la acción constante de la oración en el interior del corazón. Pero sobre todo guárdate de cualquier representación o imagen que brote en tu espíritu mientras estés orando. Rechaza todas las imaginaciones, ya que los Padres nos ordenan, para no caer en ilusiones, que guardemos el espíritu libre y vacío de toda forma durante la oración.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un buen mantra para ejercitar. Gracias.

Asun Rodríguez dijo...

Otro mantran, jaculatoria o como más guste denominarlo: Maranatha (ven Señor)