
DEJA DE LADO LOS MIEDOS. El amor y la fe en la espiritualidad de Catalina de Siena.
Gracias, Padre eterno, gracias.
Tú no me has abandonado a mí, que soy la obra de tus manos.
Tú no me has dado vuelta la cara,
ni has despreciado mis sentimientos.
Tú que eres la luz, has aceptado mi oscuridad.
Tú, el gran médico, has sanado mis enfermedades.
Tú que eres la vida, no me has dejado morir.
Tú que eres la sabiduría, no te has ido a causa de mi necedad.
Tú, al contrario, me has rodeado
de tu bondad y de tu amable misericordia,
y me has nutrido
con el amor por ti y por el prójimo.
Gracias, Padre eterno, gracias.
Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario