viernes, 19 de diciembre de 2008

Oración de la cabra













Decididamente, Señor
no tenemos buena prensa las cabras.
Falla alguien en su cordura mental,
rápido dicen que está como una de nosotras.
A nuestros cabritos y machos cabríos
les endosaron siempre los peores papeles.
Tú mismo, recuerda tu Juicio Final,
nos colocas a tu izquierda
con pasaporte directo a los infiernos.
¿No te parece demasiado?

Tú sabes que no nos hiciste ni mejores
ni peores que al resto de tus criaturas.
Que ni quisiste, ni pudiste hacernos…”malas”;
que nos hiciste simplemente… “distintas”.

Por eso nos arriesgamos
por senderos y trochas que nadie ha pisado.
Por eso mordisqueamos hierbecillas que nadie olfateó.
Por eso sentimos esa especie de alergia a “ir en rebaño”.
Por eso gozamos y sufrimos esa fama de “locas”,
porque sabemos que el mundo y que tu Iglesia
también necesita locos… ¡divinos locos!

¿Qué nos falta entonces?
Pastores, nada más que pastores.
Pero, ojo, Señor: ¡Pastores de cabras!
Pastores de los otros,
pastores de ovejas normales y sumisas,
más o menos los hay… De éstos, en cambio,
es muy difícil encontrarlos. Amén.


Revista orar. Nº142

1 comentario:

José Del Moral De la Vega dijo...

¡Qué bonito, Asun!
¡Pastores de cabras, animales rebeldes, pero generosos!
¿Sabes que hay cabras que pueden dar hasta diez litros de leche?
Cuando yo era un niño me hice amigo de un porquero que me enseñaba a utilizar el látigo y me hacía jugueticos con juncias. Cuando fui joven me hice amigo de un pastor de cabras. -Mi amigo Luís-. Esos hombres eran casi analfabetos, pero ambos me enseñaron cosas valiosísismas que guardo en el hondón de mi alma.