sábado, 29 de noviembre de 2008

A. J. Heschel: Shabbat


















UN PALACIO EN EL TIEMPO

«El Shabbat no está para los días semanales, los días semanales están para el Shabbat.» No es un interludio sino la culminación de la vida.

Tres actos de Dios señalaron el séptimo día: descansó, bendijo y santificó el séptimo día. A la prohibición del trabajo se añade, por lo tanto, la bendición del deleite y el acento de santidad. No sólo las manos celebran el día, también la lengua y el alma observan el Shabbat.

El trabajo es un oficio, pero el descanso perfecto es un arte. Es el resultado de un acuerdo entre cuerpo, intelecto e imaginación. El séptimo día es un “palacio” que construimos en el “tiempo”: está hecho de alma, de alegría y de mesura.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las tres grandes religiones tienen un "Día del Señor" semanal, pero nunca había pensado en él como un "Palacio en el Tiempo". Es una imagen que me enriquece muchísimo y que espero no olvidar llegado este día: Estoy dentro de tu palacio. ¡Gracias por tu hospitalidad!