viernes, 21 de noviembre de 2008

Mosé ben Sen Tob de León


EL ZOHAR O EL LIBRO DEL ESPLENDOR

El Rabino Simeón se levantó y habló: Al meditar, he percibido que cuando Dios estaba a punto de crear al hombre, entonces comenzó a temblar arriba y abajo de todas las criaturas. Se desdoblaba apenas el sexto día cuando al fin se tomó la divina decisión. Se encendió la llama de la fuente de todas las luces y se abrió la reja del Este, desde donde fluye la luz. La luz concedida en el principio, la tomó el Sur en gloria plena y el Sur tomó control sobre el Este. El Este tomó el control del Norte y el Norte despertó y, abriéndose, llamó en voz alta al Oeste para que fuera hacia él. Luego el Oeste viajó hacia el Norte y se quedó junto a él; después el Sur controló al Oeste, y el Norte y el Sur rodearon el Jardín y constituyeron su vallado. El Este se acercó al Oeste y el Oeste se regocijó y dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza" [Gen. I: 26], para que abrace como nosotros los cuatro cuadrantes y el alto y el bajo. Ahí se unieron el Este y el Oeste y crearon al hombre.

Por tanto, los sabios han dicho que el hombre surgió del sitio mismo del Templo.

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