viernes, 7 de noviembre de 2008
Omraam Mikhaël Aïvanhov
De una enseñanza espiritual sólo debéis esperar verdades que producirán un cambio en vuestra consciencia. Este cambio será primero minúsculo, pero en él se hallan contenidos el cielo y la tierra. Recordad lo que dijo Jesús sobre el grano de mostaza: «Es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, se convierte en un árbol tan grande que los pájaros del cielo vienen a resguardarse en sus ramas.» No es por lo tanto la medida de la semilla lo que cuenta, sino su vigor. El grano de mostaza puede ser interpretado como un pensamiento o un sentimiento en apariencia imperceptible, pero que, si es intenso y se le dan las condiciones apropiadas, producirá unas realizaciones inmensas: «Los pájaros del cielo vienen a resguardarse en sus ramas», dijo Jesús.
Los pájaros, son los espíritus del mundo invisible: vienen a visitar a las criaturas que han abrazado la vida espiritual, e incluso encuentran abrigo en ellas. Entonces, ¿quién no se sentirá colmado con semejantes presencias?
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