domingo, 23 de noviembre de 2008

David Hare














EL BESO DE JUDAS

La sociedad, tal como la hemos constituido, no tiene un lugar para mí, no tiene nada que ofrecerme. Pero la Naturaleza, cuyas hermosas lluvias mojan por igual a justos que a pecadores, esculpirá cuevas en las rocas en las que yo pueda esconderme, y creará valles secretos en cuyo silencio pueda llorar sin que nadie me perturbe. Y esa Naturaleza cuajará la noche de estrellas para que yo pueda pasear al aire libre, en la oscuridad, sin tropezarme. Y sembrará vientos sobre mis huellas para que nadie pueda seguirlas y causarme daño; y me limpiará con la pureza de sus aguas salvajes y con hierbas amargas me depurará por completo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La lluvia también limpiará el rastro de sangre que dejo atrás a causa de las múltiples heridas infligidas en mi carne y en mi alma por la fiera humana.
En la cueva, inaccesible a su torpeza, tomo refugio... Y la dulce muerte me viene a buscar.