martes, 17 de febrero de 2009

Emmanuel Mounier















Principios de una civilización personalista

Una civilización personalista es una civilización cuyas estructuras y cuyo espíritu están orientados a la realización como persona de cada uno de los individuos que la componen. Las colectividades naturales son reconocidas en ella en su realidad y finalidad propias, distintas a la simple suma de intereses individuales y superior a los intereses del individuo, considerado materialmente. Sin embargo, tienen como fin último el poner a cada persona en estado de poder vivir como persona, es decir, de poder acceder al máximo de iniciativa, de responsabilidad, de vida espiritual.

¿Qué es una persona?

Una persona es un ser espiritual constituido como tal por una forma de subsistencia y de independencia en su ser; mantiene esta subsistencia mediante su adhesión a una jerarquía de valores libremente adoptados, asimilados y vividos en un compromiso responsable y en una constante conversión; unifica así toda su actividad en la libertad y desarrolla, por añadidura, a impulsos de actos creadores, la singularidad de su vocación.

Emmanuel Mounier: Manifiesto al servicio del personalismo


3 comentarios:

José Solís dijo...

Es apasionante el tema del personalismo como corriente filosófica que busca la dignidad del individuo.
Lamentablemente, esta línea de pensamiento no goza del predicamento de las otras corrientes del s. XX que le son opuestas: nazismo, fascismo, marxismo, comunismo. En ellas el individuo está sometido a lo colectivo de modo más o menos grosero.
Me parece que, como todo movimiento filosófico, se puede debatir sobre él y por tanto lo primero será conocer sus postulados y desarrollo.
Supongo que este siglo y, más concretamente, esta época de debacle social necesita una revigorización de los elementos que dignifican al ser humano y su vida social.
Gracias por tu aportación.

angélica beatriz dijo...

Hola querida Asunción.

Es increíble lo que podemos aprenderle a Emmanuel Mounier.

En sus "Cartas desde el dolor", nos muestra esa faceta profunda y nublada del ser humano, que lucha por salir a la luz en medio de un mundo materialista y falto de reflexión.

Os dejo un pedacito de la carta que le escribiera a Paulette Leclercq.

"La angustia se vale de nosotros a veces: ya te he contado. Hay momentos en que hasta los santos dudan de todo, de su amor y de Dios. Ninguna luz se entrega sin esta noche. Cristo ha cargado en una sola noche de angustias y de dudas (“Padre, ¿por qué me has abandonado?”) todas nuestras noches oscuras…
…No se es decididamente grande… hasta que la vida no te ha puesto en la prueba de negarte rotundamente y sin apelación algo que deseabas con todas tus ganas".

Un beso grande Asunción querida.

Asun Rodríguez dijo...

Gracias Sol, gracias Angélica.
Creo que el personalismo es una propuesta filosófica realista y liberadora.

Del pedacito de carta, Angélica, que nos compartes, es todo esencial y un buen aviso para navegantes y exploradores.

Ninguna luz se entrega sin esta noche.

Abrazo y besos.