Siempre eludiendo responsabilidades, culpando al de al lado, evitando sentimientos de culpa por lo que hacemos mal... Con mucho sentido del humor, pero cierto. Un abrazo.
A veces uno no es que se equivoque, o meta la pata, directamente actúa de acuerdo a un bien parcial. Puede que no se de cuenta o si. Eso está en su mundo interior, en su conciencia, es subjetivo. Pero los hechos son susceptibles de ser valorados por los demás en su pleno derecho, esto es el derecho como ámbito de lo legal. y lleva muchos siglos estudiándose. puede haber atenuantes o agravantes, en fin circunstancias... En cualquier caso existe un canal de comunicación muy simple y directo: Pedir perdón. De corazón, en conciencia, no para parar el golpe o las consecuencias, simplemente como un acto de justicia y misericordia: Los dos pilares armonizados, pidiendo perdón y realizando la reparación en la medida de lo posible. Quizás sea éste el camino de que el chivo deje de ser un animal torturado con tanta frecuencia. Al menos es el que se me ocurre ahora. ¿Os parece?
Primero aprendemos a decir yo no he sido. Luego decimos ha sido el otro. Esto nos libra de asumir nuestra responsabilidad de niños y también de mayores. Y así vamos por la vida, usando un chivo expiatorio.
6 comentarios:
¿Me lo explicas?
Creí que lo de clavarme tus flechas era por amistad...
Siempre eludiendo responsabilidades, culpando al de al lado, evitando sentimientos de culpa por lo que hacemos mal...
Con mucho sentido del humor, pero cierto.
Un abrazo.
¡Pues qué bien!
A veces uno no es que se equivoque, o meta la pata, directamente actúa de acuerdo a un bien parcial. Puede que no se de cuenta o si. Eso está en su mundo interior, en su conciencia, es subjetivo.
Pero los hechos son susceptibles de ser valorados por los demás en su pleno derecho, esto es el derecho como ámbito de lo legal. y lleva muchos siglos estudiándose. puede haber atenuantes o agravantes, en fin circunstancias...
En cualquier caso existe un canal de comunicación muy simple y directo: Pedir perdón. De corazón, en conciencia, no para parar el golpe o las consecuencias, simplemente como un acto de justicia y misericordia: Los dos pilares armonizados, pidiendo perdón y realizando la reparación en la medida de lo posible.
Quizás sea éste el camino de que el chivo deje de ser un animal torturado con tanta frecuencia. Al menos es el que se me ocurre ahora.
¿Os parece?
Primero aprendemos a decir yo no he sido. Luego decimos ha sido el otro. Esto nos libra de asumir nuestra responsabilidad de niños y también de mayores. Y así vamos por la vida, usando un chivo expiatorio.
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