miércoles, 11 de febrero de 2009
Alicia en el País de las Maravillas
«Muy cierto», concedió la Duquesa; «los flamencos y la mostaza, ambos pican; y la moraleja de esto es…: ‘Dios los cría y ellos se juntan’ ».
«Sólo que la mostaza no es precisamente un pájaro», observó Alicia un poco extrañada.
«Tienes razón, como siempre», insistió la Duquesa. « ¡Qué bien dices las cosas! »
«Me parece que es un mineral», dijo Alicia.
«Pues claro que sí», asintió la Duquesa, que parecía dispuesta a estar en todo de acuerdo con Alicia; «cerca de aquí hay una gran mina de mostaza; y la moraleja de esto es…: ‘Mi medro mina el tuyo’ ».
« ¡Ah! ¡Ya me acuerdo! », exclamó Alicia, que no había prestado atención a este último comentario: «Es un vegetal; no lo parece, pero lo es».
« ¡Qué razón tienes! », repuso la Duquesa. «Estoy totalmente de acuerdo; y la moraleja de esto es…: ‘Procura ser como pretendes aparecer’…, o si quieres que lo diga con mayor claridad…: ‘Nunca te imagines ser diferente de lo que a los demás pudieras parecer o hubieses parecido que fueras si les hubieres o hubieses parecido que no fueras lo que eres’ ».
«Creo que eso lo comprendería mejor», dijo Alicia con mucha delicadeza, «si lo viera escrito, pero dicho así, no puedo seguir el hilo».
« ¡Eso no es nada comparado con lo que podría decir si quisiera! », replicó la Duquesa muy complacida.
« ¡Por Dios! ¡No se moleste en buscar más palabras! », atajó Alicia.
« ¡Bah! Por mí no te apures», aseguró la Duquesa; «te regalo todo lo que he dicho hasta ahora».
« ¡Vaya regalito! », pensó Alicia para sus adentros.
« ¡Menos mal que la gente no acostumbra hacer regalos de este tipo! ». Pero no se atrevió a decirlo en voz alta.
Lewis Carroll: Alicia en el País de las Maravillas
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2 comentarios:
‘Nunca te imagines ser diferente de lo que a los demás pudieras parecer o hubieses parecido que fueras si les hubieres o hubieses parecido que no fueras lo que eres’
Si te encuentras con alguien y te dice que tienes cara de camello, no le hagas caso.
Si te encuentras con otro que te lo vuelve a decir, ¡mírate al espejo!
Este es un viejo dicho árabe que, de modo análogo a lo dicho por la Duquesa, nos recuerda que la opinión de los demás no debe de ser completamente descartada pues, a veces, nos puede ayudar a tomar contacto con esa parte poco iluminada (penumbra-sombra) de nuestro psiquismo y conducta.
Gracias por el humor asertivo.
gracias por ayudarme a comprender esta parte del libro :)
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