jueves, 12 de febrero de 2009

Pablo Neruda



















Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día.

A nadie te pareces desde que yo te amo.
Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas.
¿Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur?
Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías.

Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.
Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos.



Pablo Neruda: Poema 14

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por dedicarme este poema tan hermoso que me cantabas en tu adolesciencia.
Un beso

angélica beatriz dijo...

Gracias por traer a Neruda querida Asunción.

/Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote/.

No hay más qué decir.

Un beso mi amiga linda.

José Del Moral De la Vega dijo...

Querida Asun, gracias por traernos este poema.
Neruda me parece un poeta muy irregular, pero cuando entra en el "pensamiento" y hace metafísica es cuando le salen los poemas sencillos, profundos y bellísimos.
Es difícil espigar un verso o una idea de este poemita, pero a mi me gusta:
.../A nadie te pareces desde que yo te amo/...
¡Impresionante! ¿Es capaz, el amor, de cambiar la esencia de las cosas?
Para Neruda sí, para mí también.
Un regalo para tener en la boca, como un palito de canela, todo el fin de semana.
Gracias, Asun.
Un abrazo

Asun Rodríguez dijo...

Querido Pepe, la imagen del palito de canela qué bella y sensual también.
Estoy de acuerdo contigo en lo de la irregularidad de Neruda y en que cuando acierta, conmueve profundamente.
Sobre la idea que recoge el verso:

A nadie te pareces desde que yo te amo

Me gusta esta visión que tú le das: el poder transformante del amor, no sólo en el amante, sino también en el amado.
En principio, ese verso me llevó al texto de Coomaraswamy (el texto dice algunas cosas más muy interesantes) y al símil que establece entre la contemplación de la belleza y la luz interior del amante. Ésa luz a la que creo Neruda también se refiere en este verso, ésa luz del amor que nos descubre la verdad:
A nadie nos parecemos, somos únicos, cada uno de nosotros, amados y conocidos por nuestro nombre. Sentir esto, vivir esto, como tú dices, es capaz de cambiarnos.
Y amar así, también contigo creo, transmuta el mundo. ¡Hay un mundo nuevo en cada uno de nosotros!.

Un abrazo y gracias por tu luz.