viernes, 30 de enero de 2009

Ken Wilber

















Al igual que un átomo está en una molécula pero la molécula no está en el átomo, el cosmos (fisioesfera – materia) está en el bios (biosfera – vida) pero el bios no está en el cosmos, a pesar de que la extensión del cosmos es astronómicamente mayor.
Y hemos de tener en cuenta que el bios es parte del Kósmos (la totalidad), pero no del cosmos, y en este simple movimiento hemos desautorizado para siempre el reduccionismo: la física es la más fundamental y menos significativa de las ciencias (la razón por la que la física no puede explicar la biología es precisamente porque el bios no está en el cosmos).
Esto es justo lo contrario de lo que nos diría una fe inocente y simple en el tamaño o extensión. Sólo porque el cosmos es mayor que el bios, asumimos que debe ser más significativo, pero únicamente es más fundamental. El bios es mucho más significativo que el cosmos porque contiene mucho más de la realidad en su interior, abraza una totalidad mucho más profunda y mayor, tiene más profundidad y, de hecho, asume a todo el cosmos en su ser: transciende e incluye.
De manera similar, la noosfera (mente - espíritu) no es parte de la biosfera, sino al contrario: el bios es un componente inferior, una parte de la noosfera. Es evidente que la biosfera tiene más extensión (es «mayor»), de la misma forma que el cosmos es más grande que el bios.

Ken Wilber: Sexo, ecología, espiritualidad. El alma de la evolución.

Día de la paz y la no violencia

Hoy se celebra el día de la paz y la no-violencia en memoria del mahatma Gandhi. El 30 de enero de 1948 una multitud esperaba a Gandhi congregada en el jardín de la Birla House, deseosa de ver y tocar al Mahatma. Entre ella estaba Hathuram Godse, un fanático religioso que acusaba a Gandhi de traidor por propugnar la convivencia con los musulmanes. Godse le disparó tres tiros a quemarropa. Gandhi se sintió morir, pero aún tuvo tiempo de perdonar a su asesino.

Mohandas Karamchad Gandhi:


Todo el mundo admite que sacrificarse a sí mismo es infinitamente más noble que sacrificar a los demás. Cuando se utiliza esta fuerza para luchar contra la injusticia, tiene la ventaja de no hacer sufrir más que a aquel que la emplea. Si entretanto se comete algún error, los otros no tienen porqué padecerlo.
El adepto de la ahimsã (fuerza del amor) no puede hacer suya la fórmula utilitaria, según la cual el mayor bien es lo que conviene a la mayoría. Dispuesto a sacrificar la vida por su ideal, luchará para que todos, sin excepción, puedan conocer el bien más elevado. En caso necesario, deberá aceptar el sacrificio de su vida por salvar las de los demás. Si todos pueden gozar de los derechos más importantes, se sigue que allí está también incluida la mayoría y, en este sentido, hasta cierto punto, los defensores de esa forma utilitaria están junto a los no-violentos; pero pronto se separarán sus caminos y se dirigirán en sentidos opuestos. En efecto, sólo el no-violento estará dispuesto a sacrificarse; los seguidores de una moral utilitaria no tienen ninguna razón para hacerlo.


Mohandas Karamchad Gandhi: Todos los hombres son hermanos

jueves, 29 de enero de 2009

Hacia un saber sobre el alma




















No hay cuerpo, no hay materia alguna enteramente desprendida del tiempo. Y todo cuanto se destruye va a dar a su corazón.

Porque sólo la materia lo es porque no tiene un corazón suyo, propio. Y la vida se abre allí donde algo comienza a latir desde sí mismo, a respirar en su propio tiempo, allí donde se dibuja un hueco, una caverna temporal creada por un pequeño corazón, un centro. Pero hay un pulso en todo; la noche lo descubre.


María Zambrano: Hacia un saber sobre el alma (Diotima de Mantinea)

miércoles, 28 de enero de 2009

La cultura de la pobreza

















¿Cuál es la cultura de la pobreza? Es, en mi opinión una cultura en la que se hace una distinción muy clara entre dos tipos de bienes, que llamaré por un lado, bienes efímeros, bienes que se producen para que sean destruidos, y bienes eternos –quizá eternos sea una palabra demasiado fuerte-, bienes que no han de destruirse, por el otro. Pueden destruirse accidentalmente, pero ésa no es su finalidad. En todas las culturas de verdad, los bienes eternos quedaban fuera de lo económico, porque, al fin y al cabo, ¿cómo puede calcularse la eternidad? Cuando construían una catedral, no calculaban su presupuesto, sino que se decían: «Sólo lo mejor es lo bastante bueno. Sólo lo que puede ofrecerse a la gloria de Dios es digno de la dignidad del hombre.» Pero cuando se trataba de los bienes efímeros, vivían frugalmente.

E. F. Schumacher: El buen trabajo

En el principio…

















La sabiduría enseña que el conocimiento de sí mismo es la llave de toda verdad. Si dejamos de lado el observador, el mundo observado se muestra vacío de sentido, de sustancia, de centro. La búsqueda de la verdad que consiste en precipitarse hacia fuera y proyectar toda la atención a los confines del espacio puede producir sólo un vacío ante uno mismo, y hacer que Dios retroceda indefinidamente.

Un minuto de reflexión nos permitirá terminar con los vértigos y las desesperaciones del Espacio Infinito.

Cuando Jaime va al sastre, se coloca frente al doble espejo. De inmediato, ve aparecer a su alrededor –y hasta el horizonte- a una multitud de Jaimes.

Jaime no se pregunta por qué el sastre se toma el trabajo de vestir a todas esas personas, ni trata de calcular cuántos metros de tela le hacen falta. No siente hacia esa multitud ni atracción, ni miedo. Su mirada no se ahoga en perspectivas. Se mira a sí mismo, y se reconoce en el espejo.

Hagamos como él, sabiendo que el espacio infinito es un juego de espejos.

Lanza del Vasto: La subida de las almas vivas

martes, 27 de enero de 2009

Soneto




















¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿qué interés te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta cubierto de rocío
pasas las noches del invierno oscuras?

¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el Ángel me decía:
«Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía»!

¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!

Lope de Vega

lunes, 26 de enero de 2009

Fe














En la arena:
¡huella que vacía el pie
el cielo de sol la llena!


Francisco Pino

domingo, 25 de enero de 2009

Ludwig Wittgenstein











La muerte no es ningún acontecimiento de la vida. La muerte no se vive. Si por eternidad se entiende no una duración temporal infinita, sino la intemporalidad, entonces vive eternamente quien vive en el presente. Nuestra vida es tan infinita como ilimitado nuestro campo visual. La inmortalidad temporal del alma humana, esto es, su eterno sobrevivir aún después de la muerte, no sólo no está garantizada de ningún modo, sino que tal suposición no nos proporciona, en principio, lo que merced a ella se ha deseado siempre conseguir. ¿Se resuelve quizás un enigma por el hecho de que yo sobreviva eternamente? Y esta vida eterna ¿no es tan enigmática como la presente? La solución del enigma de la vida en el espacio y en el tiempo está fuera del espacio y del tiempo.

Ludwig Wittgenstein: Tractatus Logico-Philosophicus

sábado, 24 de enero de 2009

Buena voluntad, amistad, amor














Hay diferencia entre buena voluntad, amistad y amor. Buena voluntad es la que puedo tener al que nunca vi ni tuve de él otro conocimiento que oír sus virtudes o nobleza, o lo que pudo y bastó moverme a ello. Amistad llamamos a lo que comúnmente nos hacemos tratando y comunicando o por prendas que corren de por medio. De manera, que a la buena voluntad se dice entre ausentes y amistad entre presentes. Pero amor corre por otro camino. Ha de ser forzosamente recíproco, traslación de dos almas, que cada una dellas asista más donde ama que adonde anima. Éste es más perfecto, cuanto lo es el objeto; y el verdadero, el divino. Así debemos amar a Dios sobre todas las cosas, con todo nuestro corazón y de todas nuestras fuerzas, pues Él nos ama tanto. Después déste, el conyugal y del prójimo. Porque el torpe y deshonesto no merece ni es digno deste nombre como bastardo. Y de cualquier manera, donde hubiere amor, ahí estarán los hechizos, no hay otros en el mundo. Por él se truecan condiciones, allanan dificultades y doman fuertes leones. Porque decir que hay bebedizos o bocados para amar, es falso. Y lo tal sólo sirve de trocar el juicio, quitar la vida, solicitar la memoria, causar enfermedades y graves accidentes. El amor ha de ser libre. Con libertad ha de entregar las potencias a lo amado; que el alcaide no da el castillo cuando hay fuerzas que se lo quitan, y el que amase por malos medios no se le puede decir que ama, pues va forzado adonde no le lleva su libre voluntad.

Mateo Alemán: Guzmán de Alfarache (fragmento)

jueves, 22 de enero de 2009

Hojas de hierba
















Creo que una brizna de hierba no es inferior a la jornada de los astros,
Y que la hormiga no es menos perfecta ni lo es un grano de arena o un huevo de reyezuelo,
Y que el escuerzo es una obra de arte para los gustos más exigentes,
Y que las zarzamoras engalanarían los salones del cielo,
Y que la más pequeña articulación de mi mano es un escarnio para todas las máquinas,
Y que la vaca masticando con la cabeza gacha supera cualquier estatua,
Y que un ratón es tan milagroso como para hacer vacilar a trillones de infieles.

Descubro que llevo en mí gneis, carbón, musgos filamentosos, frutas, cereales, raíces comestibles,
Y que he sido recubierto de un estuco de cuadrúpedos y pájaros,
Y que he puesto distancia, por buenas razones, con lo que quedó atrás,
Pero hago que comparezca ante mí cualquier cosa cuando así lo deseo.

Walt Whitman: Hojas de hierba (fragmento)


martes, 20 de enero de 2009

El Lujo Destructor













Desde que las riquezas comenzaron a servir de honra, y gloria, poder e influencia las acompañaban, la virtud se embotaba, la pobreza era considerada un oprobio, la honestidad empezó a tenerse por mala fe. De esta manera, por culpa de las riquezas, invadieron a la juventud la frivolidad, la avaricia y el engreimiento: robaban, gastaban, valoraban en poco lo propio, anhelaban lo ajeno, la decencia, el pudor, lo divino y lo humano indistintamente, nada les merecía consideración ni moderación.
Merece la pena, cuando se han visto casas y villas construidas a modo de ciudades, visitar los templos de los dioses que nuestros antepasados, hombres tan religiosos, edificaron. Ciertamente, ellos decoraban los santuarios de los dioses con su piedad, las casas propias, con su gloria, y no les quitaban a los vencidos nada excepto la facultad de hacerles daño. Muy al contrario, éstos, los más indignos de los hombres, cometiendo un crimen monstruoso, arrebataban a los aliados todo cuanto los vencedores, hombres tan valerosos, les habían dejado, como si cometer injusticia fuese en definitiva hacer uso del poder.


Gayo Salustio Crispo: El Lujo Destructor (Conjuración de Catilina, XII 1-5)

´Abd al-Qadir as-Sufi ad-Darqawi













LOS CIEN PASOS

12. Zuhd

Zuhd significa desapego. El Hadiz[i] dice: «Desapégate del mundo: Allah te amará. Desapégate de lo que encuentras en las manos de los hombres: los hombres te amarán.»
El zhud de los sufís es que su desapego debe consistir en el vaciarse de sus corazones de los deseos de este mundo. A esto contribuye el vaciarse de sus manos en sadaqa[ii]y regalos generosos. La palabra “ascético” no tiene nada que ver con zuhd, tal como se entiende en Islam. Zuhd es abandono sólo cuando se reconoce que la necesidad era una necesidad ilusoria. No es zuhd ir en harapos y ayunar demasiado. Por el contrario, sería zuhd tener cuidado de la ropa y repararla, o comer menos y no comer hasta hartarse. Zuhd no es de ningún modo una represión de los apetitos. Es abandonar un exceso de apetito, cuando el yo se ha desarrollado hasta el punto en que ya no necesita tal cosa.
Ser zahid[iii] de objetos es fácil. Es más difícil ser zahid de palabras, o de la atención de los otros, o de reputación. Desapégate de estar en lo recto. Desapégate de ser visto. A menudo es más fácil ser zahid para un rey que para un hombre pobre, ¡ten cuidado!
El verdadero zahid prescinde de una mirada que ve la creación y no al Señor.
Zuhd es fácil. Su opuesto es difícil. Recordad que el viaje es hacia el lugar donde los opuestos se hacen iguales para uno. No te detengas en los medios, viajero. ¿Quieres vivir en los establos?



[i] Los dichos y las acciones del Profeta Mahoma relatadas por sus compañeros y compiladas por aquellos sabios que les sucedieron. (N. dela bloguera).

[ii] Acto de adoración a través de la caridad. (N. dela bloguera).

[iii] Asceta. (N. dela bloguera).



lunes, 19 de enero de 2009

Oid














Soñé…¡sueño!
No soy un cuento.
Vengo de más lejos…
Soy y vengo del sueño.
Y digo que soñar es querer, querer, querer…
Querer escaparse del espejo,
querer desenvolverse del ovillo,
querer descoyuntarse de la dulce rosquilla de los cuentos,
Querer desenvolverse… prolongarse.
Soñar es decir 4 veces,
o 44 veces,
o 4.444 veces, por ejemplo:
Yo no quiero,
yo no quiero,
yo no quiero,
yo no quiero,
verme en el tiempo
ni en la tierra
ni en el agua sujeto…
Quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento.

Quiere el hilo,
sueña el hilo,
en la espadera,
sueña el hilo que saldrá
algún día…
¡un buen día!
hecho manto
del telar.

Lo que pasó bajo la curva de los cielos
se prolonga bajo los huesos de mi cráneo.
Lo que soñé en la tierra y en el vientre fecundado de mi madre
lo sigo aquí ahora sobre la piedra oscura de mi almohada.
¡Fui semilla que quiso ser espiga…
y soy espiga que sueña en ser pan ácimo!

León Felipe. "Llamadme publicano"

sábado, 17 de enero de 2009

José Ortega y Gasset


















LA DESHUMANIZACIÓN DEL ARTE

La relación de nuestra mente con las cosas consiste en pensarlas, en formarse ideas de ellas. En rigor, no poseemos de lo real sino las ideas que de él hayamos logrado formarnos. Son como el belvedere desde el cual vemos el mundo. Decía muy bien Goethe que cada nuevo concepto es como un nuevo órgano que surgiese en nosotros. Con las ideas, pues, vemos las cosas, y en la actitud natural de la mente no nos damos cuenta de aquéllas, lo mismo que el ojo al mirar no se ve a sí mismo. Dicho de otro modo, pensar es el afán de captar mediante ideas la realidad; el movimiento espontáneo de la mente va de los conceptos al mundo.

Pero es el caso que entre la idea y la cosa hay siempre una absoluta distancia. Lo real rebosa siempre del concepto que intenta contenerlo. El objeto es siempre más y de otra manera que lo pensado en su idea. Queda ésta siempre como un mísero esquema, como un andamiaje con que intentamos llegar a la realidad. Sin embargo, la tendencia natural nos lleva a creer que la realidad es lo que pensamos de ella, por tanto, a confundirla con la idea, tomando ésta de buena fe por la cosa misma. En suma, nuestro prurito vital de realismo nos hace caer en una ingenua idealización de lo real. Esta es la propensión nativa, «humana».

miércoles, 14 de enero de 2009

COMIENZOS ETERNOS

















Un estudiante preguntó al rabí de Berditchev: “El Talmud enseña que ‘Quienes son de virtud perfecta no pueden ocupar el sitio donde están quienes se arrepienten.’ Según esto, quienes han sido intachables desde su juventud ¿vienen después de quienes han cometido muchas transgresiones contra Dios y no pueden alcanzar su rango?”

El tzadik repuso: “El que ve todos los días una nueva luz, luz que no vio la víspera, si en verdad desea servir debe condenar su imperfecto servicio de ayer, expiarlo y empezar de nuevo. El intachable que cree haber prestado perfecto servicio y persiste en ello, no acepta la luz y viene después del que siempre empieza de nuevo.”

Rabí: Maestro del Talmud.
Tzadik: Líder de los jasidim.


miércoles, 7 de enero de 2009

Luz


















"Y la luz en las tinieblas resplandece,
pero las tinieblas no la acogieron."
(Jn 1, 5)

¿Cómo es posible que la oscuridad pueda no recibir, acoger, la luz?

¿No se define y es la oscuridad simple ausencia de luz? Esta oscuridad que es ausencia, falta o carencia, nada más aparecer la luz, le cede su lugar.

Pero el texto sagrado nos dice otra cosa, algo que parece contradecir la naturaleza de la luz y de la oscuridad:
¿De qué oscuridad nos está hablando? ¿Qué oscuridad es ésta que puede no aceptar la luz, que tiene el poder para rechazarla, para resistirse a ella?

He aquí uno de los meollos de la existencia humana.