martes, 27 de enero de 2009

Soneto




















¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿qué interés te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta cubierto de rocío
pasas las noches del invierno oscuras?

¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el Ángel me decía:
«Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía»!

¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!

Lope de Vega

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Fastuosa sencillez...

Anónimo dijo...

Me alegra ver que compartimos admiración por Lope de Vega, y que también te gusta este soneto que yo puse en mi blog en Noviembre.
Me conmueve ver cómo Jesús llama, invita, pero no fuerza voluntades.Es la grandeza de Dios respetando nuestra libertad.
Un abrazo, y gracias por recordármelo hoy.

Anónimo dijo...

¡Olé tu arte!
Así viven y permanecen los clásicos: Su profundidad y su anhelo de belleza, bien y verdad está manifiesta -o agazapada- en su obra, para que otras almas la propaguen...

José Del Moral De la Vega dijo...

Al leerlo, se viene a la boca este poema, del mejor Lope.
Gracias por recordárnoslo, Asun.
Un abrazo

angélica beatriz dijo...

¡Qué bello soneto mi querida Asunción!

El gran Poeta, cobija dulcemente con sus letras al corazón arrepentido, y lo hace con el único Amor que todo lo cura...

Un beso muy grande para ti.

Asun Rodríguez dijo...

Un abrazo a todos y todas.

José Solís dijo...

Releer los artículos de tu blog me da muchos momentos buenos.
Así no sólo tengo el gozo de la sorpresa y primera lectura de cada día -o casi- sino también el de volver a leer con calma algunos otros que desvelan nuevos valores, significados o interpretaciones.
Esto es lo que me acaba de pasar al leer éste. De nuevo el orbayo lírico empapa y ablanda mi corazón al leer y vivir a Lope gracias a tu oportunidad, a esa sincronía bendita que practicas con naturalidad.

«Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía»


Muchas gracias