domingo, 24 de agosto de 2008

Alce Negro

Permanecía yo entonces allí, de pie, sobre la más alta de las montañas y abajo, a mi alrededor, estaba el círculo del mundo.
Y mientras allí estuve contemplé más de lo que puedo describir y comprendí mucho más que lo hasta entonces visto;
porque veía de un modo sagrado la forma de todas las cosas en el espíritu y la forma de todas las formas, como si todo viviera unido cual si fuera un único ser.
Y contemplé cómo el círculo sagrado de mi pueblo formaba parte
de los muchos círculos que componen el gran círculo, amplio como la luz del día y como la luz de las estrellas en la noche, y en su centro crecía un árbol poderoso y florecido, para cobijar a todos los hijos de una misma madre y de un mismo padre.
Y vi que esto era sagrado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo también lo he visto...