lunes, 17 de noviembre de 2008

Michel Random















ÁRBOL CÓSMICO, MI HERMANO

El árbol, en su verticalidad, es el lugar sagrado donde el cielo se enraíza en la tierra. Su magia, ante todo, nos platea una cuestión: ¿Cuál es nuestra capacidad de elevación y de enraizamiento, es decir, de estar presentes en lo que existe?

(…) ¿Soy capaz de moverme con el viento, de doblarme con la tempestad, de resistir sin romperme? ¿Soy capaz de comprender lo que significa la vibración del cielo y la tierra, de asociar las energías que suben y bajan, de resistir erecto como el tronco fuerte y majestuoso?

(…) Lo desee o no, yo soy este árbol de la vida. Y este árbol, es, como yo, un prodigioso ser vivo. Inspira fuerza y protección, amor y muerte, esté sano o enfermo, derecho o torcido, libre o transformado por la mano del hombre.

Y este árbol del destino sigue su camino sin cesar, a la vez vivo y vivido, misterio de la tierra y del lugar, de la especie, de todo lo que nos lleva a ser nosotros mismos.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Libre

Ansari: Gritos Del Corazón


En respuesta a mi plegaria

Oh Señor, dame un corazón
libre de las llamas del deseo.
Dame una mente
libre de las olas del engaño.

Oh Señor, dame ojos
que no vean más que Tu gloria.
Dame una mente
que se deleite en Tu servicio.
Dame un alma
embriagada por el vino de Tu sabiduría.

Oh Señor, mi deseo es encontrarte
pero mis fuerzas no alcanzan
para comprenderte.
Recordarte es el solaz
de mi apenado corazón,
constantes compañeros
son los pensamientos de Ti,
te aclamo noche y día.
La llama de Tu amor brilla
en la oscuridad de mi noche.

Oh Señor, quien Tú matas
no huele a sangre,
quien Tú quemas no huele a humo,
pues aquél que quemas es feliz ardiendo,
y aquél que matas se deleita en la muerte.

Oh Señor, aunque venenosa
sea la flor azul
es de Tu jardín,
y aunque 'Abdullah sea un pecador,
es de Tu pueblo.

Oh Señor, cuando pienso
en Tu compasión
me siento como un rey coronado;
cuando pienso en mis pecados
soy como polvo,
y aún menos que el polvo.

La vida de mi cuerpo palpita sólo por Ti.
Mi corazón late resignado a Tu voluntad.
Si la hierba creciera sobre mis cenizas
cada brizna temblaría con devoción a Ti.

Infinito

Jorge Luis Borges


EL INSTANTE

¿Dónde estarán los siglos, dónde el sueño
de espadas que los tártaros soñaron,
dónde los fuertes muros que allanaron,
dónde el Árbol de Adán y el otro Leño?

El presente está solo. La memoria
erige el tiempo. Sucesión y engaño
es la rutina del reloj. El año
no es menos vano que la vana historia.

Entre el alba y la noche hay un abismo
de agonías, de luces, de cuidados;
el rostro que se mira en los gastados

espejos de la noche no es el mismo.
El hoy fugaz es tenue y es eterno;
otro Cielo no esperes, ni otro Infierno.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Claustro de la catedral

Frithjof Schoun


La belleza multiforme de un santuario es como la cristalización de un flujo espiritual, de una corriente de bendiciones: como si ese poder invisible y celeste hubiera “descendido” a la materia y la hubiera transformado en una lluvia de formas preciosas, en una suerte de sistema planetario de símbolos que nos rodea y penetra por todos lados. El choque, si puede decirse así, es análogo al de la bendición misma: es directo y existencial; va más allá del pensamiento y se apodera de nuestro ser en su propia sustancia.

Hay bendiciones que son como la nieve, otras como el vino, todas pueden cristalizarse en el arte sagrado. Lo que se exterioriza en tal arte es, a un tiempo, la doctrina y la bendición, la geometría y la música del Cielo.