viernes, 22 de enero de 2010

Carta Encíclica Deus caritas est, del Sumo Pontífice Benedicto XVI















La actividad caritativa cristiana ha de ser independiente de partidos e ideologías. No es un medio para transformar el mundo de manera ideológica y no está al servicio de estrategias mundanas, sino que es la actualización aquí y ahora del amor que el hombre siempre necesita.

Los tiempos modernos, sobre todo desde el siglo XIX, están dominados por una filosofía del progreso con diversas variantes, cuya forma más radical es el marxismo. Una parte de la estrategia marxista es la teoría del empobrecimiento: quien en una situación de poder injusto ayuda al hombre con iniciativas de caridad —afirma— se pone de hecho al servicio de ese sistema injusto, haciéndolo aparecer soportable, al menos hasta cierto punto. Se frena así el potencial revolucionario y, por tanto, se paraliza la insurrección hacia un mundo mejor. De aquí el rechazo y el ataque a la caridad como un sistema conservador del statu quo.

En realidad, ésta es una filosofía inhumana. El hombre que vive en el presente es sacrificado al Moloc del futuro, un futuro cuya efectiva realización resulta por lo menos dudosa. La verdad es que no se puede promover la humanización del mundo renunciando, por el momento, a comportarse de manera humana. A un mundo mejor se contribuye solamente haciendo el bien ahora y en primera persona, con pasión y donde sea posible, independientemente de estrategias y programas de partido.

El programa del cristiano —el programa del buen Samaritano, el programa de Jesús— es un «corazón que ve». Este corazón ve dónde se necesita amor y actúa en consecuencia. Obviamente, cuando la actividad caritativa es asumida por la Iglesia como iniciativa comunitaria, a la espontaneidad del individuo debe añadirse también la programación, la previsión, la colaboración con otras instituciones similares.

Carta Encíclica Deus caritas est, del Sumo Pontífice Benedicto XVI a todos los fieles sobre el amor cristiano.

1 comentario:

Pele Ón dijo...

Fué objeto de una de mis entradas en su día. Es, con mucho, lo mejor que he leído.
Luego me compré los libros de Jesús, también de Benedicto, pero no pude terminarlos, son demasiado dogmáticos. Luego me compré http://peleones.blogspot.com/2008/03/jesus.html que también es pobre en argumentos, se limita a hacer un estudio científico de las pruebas de la existencia de Jesús y de la Biblia.
También he comentado sobre la bibila, el texto se parece mucho a la mitología, y que en su mayoría debe ser más ímaginación que hechos, pero aun así, tiene gran valor.
Debemos mirar con el corazón, no con los ojos (Saint Exupery)