miércoles, 6 de mayo de 2009

El fin del sexo















El concepto que tenemos de las personas y nuestros sentimientos sobre la naturaleza humana influyen profundamente en nuestras experiencias eróticas. Si en el fondo de nuestros corazones consideramos al ser humano esencialmente como un monstruo o un objeto, nuestras relaciones íntimas serán gravemente limitadas y deformadas, no importa cuánto sepamos sobre el sexo.
(…) En mi opinión el encuentro erótico es extático en el sentido que el diccionario da a la palabra. Me saca de mi postura cómoda, de mi estasis; me permite la libertad singular de arrancar todas mis máscaras, de destruir todas las fachadas que suelo presentar ante el mundo, de existir por un rato en un estado puro en el que no hay expectativas ni juicios previos. En el mejor de los casos, el acto de amor es una revelación. Las máscaras de las apariencias y de la costumbre se arrancan una a una… Mi libertad se basa justamente en la entrega y en abandonar esa personalidad que me he creado a pulso, esa imagen de lo que soy en el mundo y de lo que debo ser: mi ego.
Y es en este estado de entrega, renunciando a todo esfuerzo, que puedo realizar todo mi potencial erótico. Pues ahora estoy dispuesto a perder todo sin encontrar nada. En estas circunstancias resultan inútiles todas las cosas que me han servido de apoyo en el mundo ordinario. Hasta las diferencias de género desaparecen en el clímax rítmico de nuestra unión. No soy un hombre, mi amor no es una mujer: somos uno, una entidad. A través del tumulto del amor hemos llegado a la tranquilidad resplandeciente, el centro de la danza.
En este punto nos enfrentamos a un camino que está más allá de la elección consciente, predispuestos por la confianza, el compromiso y la pasión: un viaje más allá del tiempo y del espacio y la entrada a la oscuridad sublime. Ciego y mudo a todo lo que me rodea, todo mi ser está conectado a mi amor y, por medio de él, a toda la existencia. Lo que estaba velado se revela, lo que estaba oculto se descubre: bajo todas las apariencias, más allá de las distinciones habituales, hay una identidad más profunda que no lleva máscaras. En la oscuridad brilla un rayo de luz, un destello que ilumina. En el amor encontramos cualquier cosa y todas las cosas, «todo» y «nada».

George Leonard: El fin del sexo. El amor erótico tras la revolución sexual

13 comentarios:

Un brillo dijo...

...un destello, un rayo cegador que atraviesa en un instante el universo.

Luz de plata,


eres
mi
Luz.

Pele Ón dijo...

Nunca se podrá cerrar su significado. Sexo, amor...
Lo cierto es que tiene una gran potencia, aunque ahora Mr. Z. lo quiera despojar de su significado emocional.

SÓLO EL AMOR ES REAL dijo...

Muy cierto
y agregaría
que es en el amor
en lo que se logra superar
la dualidad
en el amor
no únicamente en el sexo...

Paz&Amor

Isaac

Tordon dijo...

Despues del enfoque seráfico y mirífico -además de extático-de D. Leonard,conviene recordar (para que no se convierta también en mítico), que el sexo es un placer saludable.
Alguien comentaba que es el único deporte que se puede practicar sin luz.
Y además es muy barato- añadiría yo.
A no ser que haya que invitarla antes a cenar y al cine.
Salu2

Asun Rodríguez dijo...

Un brillo, tu Luz de plata resplandece.

Gracias por compartirla.
Un saludo.

Asun Rodríguez dijo...

Estoy de acuerdo Pele Ón y por eso, por ser un misterio inacabable e inabarcable puede, si así lo queremos, humanizarnos.

Bss.

Asun Rodríguez dijo...

Hola Isaac, me gusta tu matización y la comparto plenamente.

Es importante dejar claro que lo que pretende esta obra es recuperar, después de la llamada "revolución sexual", la importancia del amor en el sexo, pues en demasiadas ocasiones parece que el sexo con amor fuera algo de lo cual avergonzarse.
Quizá es un problema del texto extractado, es decir, responsabilidad mía y no del autor ni del libro, que esto no haya quedado suficientemente claro.

Gracias siempre, Isaac.

Asun Rodríguez dijo...

Hola sabio Tordon.
Mitificar, idealizar, es alejarnos de la realidad, así que entiendo perfectamente su comentario.
La práctica sexual también puede ser un placer saludable y, más que muy barato, yo diría que es gratuito. O mejor aún, que no tiene precio… Pero aquí también podemos caer en la mitificación, porque no es así para todos, como usted, tan fiel a la realidad, seguro no desconoce...
Esperemos que, a pesar del envilecimiento al que someten al sexo los medios de comunicación de masas, no sean una minoría en peligro de extinción los que así, como usted, lo disfruten.

Bss.

José Del Moral De la Vega dijo...

¿Qué tema, Asun!
Quizá desde la ciencia -bien agarrado al suelo- o desde la poesía -flotando- es como me gusta abordarlo, de lo contrario siento el vértigo de ir en chanclas sobre una pista de hielo...; y en este caso, quizá lo mejor sea sentirlo, y no tratar de explicarse nada...
Un abrazo

Asun Rodríguez dijo...

El acercamiento teórico y filosófico a lo que experimenta es una actividad a la que difícilmente el ser humano puede renunciar. Desde luego que hay unos temas más resbalosos que otros, pero siempre hay "valientes" que se atreven con todo. Otra cosa es con qué resultados.

Quienes han tenido que abordar el tema para enseñar y educar saben que es necesario tener un acercamiento ético y transcendente a la sexualidad humana. La ciencia nos habla únicamente del aspecto físico, compartido con los demás mamíferos, y la poesía puede no ser entendible o disfrutada por todo el mundo.

Por otro lado, querido Pepe, veo que te quedas con la mejor parte…

Un abrazo.

Yesi dijo...

Gracias por orientar mis pensamientos y reflexiones con tan hermosas sugerencias.

Te alabo el gusto.

Asun Rodríguez dijo...

Gracias por tu visita, Yesi.
Tú tambien, como queda visto, tienes un gusto excelente .

Salu2

Silvia Plana Pintoretto dijo...

Y caí aquí como cae una piedra al agua, sin hacerse daño...Este libro reposa sobre el estante ¡hace tantos años!, me llama la atención encontrarlo de nuevo, me sorprende la forma, casi ajena, de haberlo encontrado, me fascinan las imágenes de este lugar, me inquieta no pararme, apenas, a leer tanta dedicación creativa y me extraño de escribir todo esto, sobre todo lo de la piedra, que no se qué querrá decir, pero salió y ni siquiera sé para quién va destinado...¡plop!