Los nómadas siempre han sido perseguidos por los sedentarios. El relato bíblico de Caín y Abel recoge este fenómeno repetitivo en la historia de la humanidad: El agricultor sedentario Caín mata, por envidia, al pastor nómada Abel.
Los primeros que van a adorar al niño Dios también son pastores y todos sabemos que en el Evangelio nada aparece por casualidad. Jesús, el hijo del hombre, siempre andaba de un sitio a otro y no tenía dónde apoyar la cabeza.
En Asturias, sin ir más lejos, tenemos un reflejo de este drama universal en los vaqueiros de alzada; y en cualquier parte del planeta que nos fijemos encontraremos este fenómeno de destrucción y envidia, de marginación, exclusión y explotación. La libertad de los nómadas se les atraganta a la esclavitud sumisa de los sedentarios.
Lamentablemente en este régimen de democracia descafeinada en la que vivimos tenemos muchos ejemplos de víctimas del cainismo. Yo voy a poner uno cercano: Pepe el Ferreiro.
José Naveiras Escanlar, Pepe el Ferreiro, es un hombre libre. Por eso han ido a por él. Porque los mediocres apesebrados, cadena ad infinitum de instalados en sus poltronas, no soportan que existan los pastos libres ni los que libremente los recorren.
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3 comentarios:
Exacto, no quieren personas de libre pensamiento, quieren borregos, las personas con iniciativa propia estorban a sus turbios intereses.
¡haxa salú!
La rivalidad inicial fué cazadores/recolectores.
La violencia está en nosotros, que la cristalizamos en la diana externa que enfocamos.
bs
Dado que hoy Gaudiosa ha realizado una excepción, me tomo la licencia de realizar otra; y cito:
"Me molestan los envidiosos que tratan de desacreditar a los más capaces para apropiarse de sus puestos, sus talentos y sus éxitos".
Mario Andrade. Poeta, novelista, ensayista y musicólogo brasileño.
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